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lunes, 17 de noviembre de 2014

Ray Donovan

Ray Donovan se dedica a solucionar los problemas de los clientes de un bufete de abogados para el que trabaja. Sus soluciones incluyen falsear pruebas, inventar historias y hacer todo lo posible para que sus clientes no pierdan su reputación.




Destripando.

La primera vez que me crucé con Ray Donovan fue a las tres semanas del estreno de su primera temporada. Como suelo hacer a menudo, dejo que se emitan cinco o seis capítulos para poder degustarlos con regularidad y sin el estorbo de la espera semanal o de los chascarrillos publicitarios.

He de confesar que no me tomé a Ray Donovan en serio. En su primera temporada, o en sus inicios, mejor dicho; Ray Donovan parecía ser El Mentalista de los fixer. El tío molón que arregla cosas para los clientes del bufete que le paga. Sin ningún problema: iba, miraba y vencía (arreglaba). Con un tono irónico y mordaz, Ray se sumergía en el problema y lo resolvía en dos plumazos.

Así dejaba caer los capítulos que veía, presentándome su vida y los líos que solucionaba sin mayores problemas. Pero Ray Donovan es mucho más que un fixer guaperas. Ray Donovan ha ido mutando para convertirse en una serie de personajes ambivalentes, quebradizos, peligrosos y egoistas. Ejemplo de estos es la familia de Ray Donovan sobre la que se centra la mayoría de los capitulos en sus dos temporadas: los hermanos, el padre chuleras, su mujer, sus hijos pre-adolescentes. Todos ellos aportan a la serie y los guiones paridos dejan entrever que Ray Donovan no es una serie más de las blancas.

La segunda temporada que terminó a finales de septiembre ha puesto el listón alto. Una serie que se ha emancipado de la etiqueta que le puse. No, ya no es una serie blanca y facilona. Ahora es una serie con sello personal y que te mira a los ojos, desafiante y tenebrosa.

El personaje que perfila Liev Schreider ha ido ensombreciendose a medida que los capítulos caían. Su personaje es duro y tumultuoso, como lo son sus fantasmas. Ese punto es clave para elevar la serie a MUY INTERESANTE y, más allá de su interpretación, otro punto a favor es que hay un elenco potente (Paula Malcomson, Eddie Marsan o Jon Voight son algunos) que hace que la serie pueda pivotar y desgajar historias interesantes en las que su protagonista homónimo poco tiene que decir.

La tercera temporada se estrenará el año que viene y ya tengo los dientes afilados, quiero que el señor Donovan y familia se vuelvan a meter en líos. Y quiero verlo el primero.

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