Destripando.
Underworld: Awakening es la cuarta entrega de la saga Underworld iniciada con este título allá por el 2003.
Cómo ha cambiado la cosa de los vampiros y los licántropos desde que vi Entrevista con el vampiro y Monster Squad allá por los 90. En la primera los vampiros eran seres conscientes de su inmortalidad y se regodeaban en su naturaleza excepcional. En la segunda el hombre lobo que aparecía era un ser humano torturado por su "don" y buscaba con fruición alguien que le diese matarile, que le liberase.
Underworld desde el principio dejó las cosas claras. Ni somos elegidos inmortales que pasan su tiempo de sarao en sarao ni somos seres torturados que buscan una salida a esa imperfección. No, para nada. Aquí en Underworld los licántropos son seres orgullosos y salvajes que sólo quieren destruir a los vampiros, sus antiguos amos, y los vampiros son esos seres poderosos y cultivados que pretenden salvar su linaje de tan indómitas bestias.
Así, con las cosas claras, la saga ha ido creciendo entrega tras entrega y, como en las anteriores, se repiten los puntos fuertes: los efectos gráficos, el vestuario, la ambientación, la atmósfera... Añadiendo en cada una la proporción ascendente de sangre, vísceras, peleas y tecnología -por este orden-.
No obstante, si ya en el mundo Underworld se podía entrever su parecido a películas como Blade o Matrix, en esta cuarta entrega además de aquellas, he notado cierta residentevilización. Ya sea porque Selene (su figura, sus escenas de acción) adquiere parecidos más que razonables con Alice, o porque la historia gira en torno a un laboratorio (Antigen) que recuerda mucho a la Corporación Umbrella; lo cierto es que este parecido juega más en contra que a favor de Underworld Awakening. A favor porque la saga adquiere un tono más tecnológico y futurista, en contraposición a la anteriores cintas que basaban su línea en el aspecto mitológico. En contra porque puede suponer una vulgarización hacia un modelo ya visto en Residen Evil y, como copia, puede suponer cierta pérdida de identidad.
Así pues y con estas premisas por delante, seamos justos con Underworld, cada entrega puede suponer dos cosas: o el aburrimiento de una historia estirada por argumentos comerciales, o el disfrute puro y duro de los fans incondicionales de ese submundo de criaturas extrañas.
Desde mi punto de vista sólo puedo añadir dos cosas: que vampiros, humanos y licántropos se saquen las tripas y se rebanen los sesos entrega tras entrega me motiva, ya que soy incondicional acérrimo de estos quehaceres. Y que oye, que mientras criaturas, dinero y personas caigan ensangrentadas y sin vida mientras la historia de amor imposible se desarrolla, pues no es mal argumento para mí.
Ya que al menos en eso Underworld es sincera. Va a lo que va sin engañar a nadie.
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