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domingo, 30 de agosto de 2009

Vals con Bashir

Gracias a un amigo que le cuenta unas pesadillas recurrentes, Ari Folman descubre que no recuerda nada sobre un hecho, que relaciona esas pesadillas y su amnesia, acontecido tiempo atrás durante una misión militar en el Libano.
Es así como Ari inicia un viaje a través de los testimonios de compañeros de misión, periodistas y psicologos que van rellenando ese hueco vacío con unos hechos tan profundos como trágicos.


Destripando.

En parte documental y en parte película, el metraje de esta pelicula animada se muestra tan potente como consecuente, con una fotografía y unos dibujos que se mueven entre el surrealismo y la realidad, entre lo onírico y lo terrenal, Vals con Bashir sorprende por su puesta en escena recia y cruda. Por su sorprendente personalidad y su desbordante equilibrio en el juego político de las culpas.

Vals con Bashir nos encamina por la mente de Ari Folman hasta los campos de Sabra y Chatila, en 1982, donde los seguidores del asesinado Bashir Gamanye y el ejército israelí perpretaron una masacre indiscriminada contra civiles palestinos.

Quizá sea en los dibujos de Vals con Bashir en donde reside la fuerza y la voluntad de enjuiciar. Dado que la animación entra más suave en los ojos del espectador, Vals con Bashir se adentra en el triángulo palestino-libio-israelí, toma el pulso de la situación histórica que han ido empañando los conflictos, la sangre, las iras de unos y otros y la religión; y nos muestra lo que realmente pudo haber pasado. La venganza de los de Bashir, el beneplácito de las altas esferas israelíes, la desidia de los militares... y el trauma.

Folman lo sabe. Sabe que los soldados, compañeros suyos que allí estuvieron y que no murieron, no pueden dormir. Sabe del silencio instaurado en su entorno. Sabe del olvido, de la ignominia del ser humano, de los políticos. Sabe de la ira y de la sangre. Folman se adentra en este mapa con asombrosa lucidez, con la inocencia de sólo poseer una historia más, elocuente y atrevida, de lo que pasó hace veinte años, de lo que pasó en un bando y en otro y de lo que hoy sigue pasando por la cabeza de muchos ejecutores y ejecutados.

Sin darnos cuenta, nos deja en la retina una historia, un juicio, una verdad tan pesada y aberrante como son las pesadillas. Quizá haga falta vestir de dibujos los horrores del ser humano para así poder darnos cuenta de como nuestras manos se manchan de sangre.

jueves, 27 de agosto de 2009

Shaun of the Dead

Shaun está en la treintena, trabaja de dependiente, vive con su hermano y su mejor amigo, detesta a su padrasto y visita a su madre bimensualmente. Como colofón a su mísera vida: acaba de romper con su pareja.
Cuando por fin intenta poner orden en su vida, un virus mortal asola el planeta tierra y convierte su Inglaterra natal en un paraíso zombie.



Destripando (nunca mejor dicho).

Siendo sinceros, está película me llegó a través de un amigo un poco raro. Entre los dos formaríamos lo que se llamaría un grupo de frikis. Antiguamente, asolaban mis recuerdos los personajes de serie B de una colección de cine zombie que mi hermano trajo un día a casa. Braindead, Zombie, Holocausto canibal, El ejército de las tinieblas, Terrorificamente muertos... Todas ellas me dejaron anonadado. ¿Serie B? ¿Qué es eso? Y lo descubrí.

Tiempo después, me tropecé con el amigo antes mencionado cuyo cerebro estaba sembrado por este género y cuyas manos portaban este film. Por aquel entonces, la industria del cine vivía de los remakes de George Romero, agotadas ya todas las posibilidades de terror iniciadas con Scream (los noventa, aquellos años...). Y después de aparacer la burda chanza y demás chistes enlatados que tratarían de repartirse las entrañas marchitas del género en plan risa (Scary Movie, Se lo que hicísteis el último verano,...).

Y aquí llegaba otra, a mi parecer. Una más de estas burdas comedias.

Después del visionado de la cinta me quedé pensativo. No era una más. Cierto que jugaba con la comedia, que había momentos de auténtico surrealismo. Pero también era cierto que Zombies Party, más allá de un alocado proyecto, escondía un guión repleto de reverencias al cine de antaño. Al de zombies y al de ciencia ficción. Y en su metraje podias ver ese guión. Un guión donde se puede palpar la tragedia zombie. Donde se deja rumiar, en los primeros instantes de la plaga, como el mundo va dejando de ser mundo y se convierte en el cataclismo soñado por el autor de este blog.

En los subsiguientes mil visionados, he tenido la sensación de que debían (sí, debían: obligación) haber avanzado más en la idea del desastre y no desdeñar su argumento con humor irreverente (algunas veces zafio) y finales consabidos.

Sin embargo, Zombies party fue y será una sorpresa deliciosa. Un cine que se echaba de menos, perpretado por dos chalados y con un auténtico objetivo en la película: partirnos de risa mientras el mundo deja de existir. Y os juro por Lugosi que lo consiguieron.

A saber: Simon Pegg y Nick Frost ya consiguieron la fama (en el Reino Unido) con la serie Spaced, emitida en la BBC. Hilarante y disparatada serie que recomiendo a cualquiera que se haya cruzado con este film. Posiblemente, Zombies party sea una extensión de esa serie. Y por lo tanto, digno de mi respeto y admiración.

Gattaca

Vincent es uno de los pocos seres humanos nacidos de forma natural y, como tal, esta expuesto a una muerte prematura por una deficiencia cardiaca. En una sociedad en donde los humanos nacen perfectos por ser in vitro y a la carta, Vincent supone un organismo de baja estopa reducido al ostracismo. Guiado por el deseo de viajar al espacio, emprenderá una lucha en la cual tendrá que aparentar ser uno de los "válidos" para poder cumplir su sueño.


Destripando.

Película de ciencia ficción que nos muestra la lucha de un ser "no-valido", Vincent (Ethan Hawke), en un futuro en el cual los seres humanos son creados sin deficiencias genéticas por sus progenitores. Ayudado por Jerome (Jude Law), un "válido" discapacitado, soportará todo tipo de trabas que le impone la sociedad para cumplir su sueño: viajar al espacio.

La corporación Gattaca sufre el misterioso asesinato del responsable de la misión Titán, que entrena a los viajeros espaciales. Este hecho hará que una investigación por parte de la policía ponga en peligro el objetivo de Vincent, que a parte de fingir ser un "válido", también tendrá que demostrar que es inocente del crimen cometido.

La película dibuja con trazo firme una historia repleta de pulsiones: un asesinato, un detective, un anhelo, desigualdad social, amor (oh, Uma Thurman), tragedia (grande Jude Law), lucha fraticida... El guión se apoya en la ciencia ficción para mostrarnos la desigualdad social y el mundo futurista en su diseño. La verdadera historia se nos muestra en la consecución del objetivo de Vincent: ir al espacio.

El desarrollo del film es sobrio, paciente, jugando con las bazas que tiene. Con un nivel visual demoledor y escenarios bien escogidos. Los personajes están bien perfilados, no desentonan. Todos los elementos se apoyan y cimentan una gran historia de superación.

Gattaca es película para saborear, para personificar y compartir esa lucha que todos hemos librado alguna vez para conseguir este o aquel sueño. Personalmente, la película me encandiló desde la presentación inicial, y a medida que avanzaba el film no podía por menos que sonreír ante la dulzura de Irene (Uma, oh, Uma) y el antihéroe Jerome.

Hágase notar la excelente y exquisita banda sonora del señor Nyman, un animal, que no hace más que potenciar los deseos de Vïncent y de todos nosotros para llegar allí. Allí donde todo brilla con más fuerza.

miércoles, 26 de agosto de 2009

The Sopranos

Tony Soprano no puede conciliar su vida familiar con los negocios, para resolver este problema acude a la consulta de la doctora Jennifer Melfi. Con sus confesiones, Tony nos introduce en el mundo en el cual vive: los quebraderos de cabeza con sus hijos, los engaños a su mujer, los problemas del negocio, la vida en New Jersey, los ritos y costumbres de su "otra" familia...


Destripando, ojo.

Los Soprano, señores. Toda una oda al cine con mayúsculas. Una de las series más aclamadas de los últimos tiempos, pura HBO, seis temporadas de palomitas con p mayúscula.

Los Soprano destila grandiosidad en todos sus capítulos, en todas sus temporadas. Jamás he sentido tanto una serie como las desventuras del gran Tony Soprano, de su consegliere Silvio Dante, de sus tenientes Paulie y Christopher... Los Soprano son situaciones cotidianas en la vida del Capo Tony y de sus dos familias.

Mientras se resigna a ser el cabeza de familia y el capo, Tony nos enseña las vicisitudes del negocio de la protitución, las drogas, la extorsión, los residuos urbanos, el colegio de los niños, la manutención a su esposa, los favores, los debes...

The Sopranos nos enseña la violencia natural del entorno mafioso, eso está claro, pero también nos enseña lo que es la mafia en la sociedad. Como y hasta donde llega su poder, quién permite y comos se permite el ejercicio de poder de las mafias y en donde termina el caudal de dinero que supone ese negocio. Todo ello arriesgando en sus argumentos, en sus historias, llenas de hipocresía, realismo y mucho humor.

The Sopranos atrae primeramente por el gran Tony, el señor Gandolfini se encuentra con el papel de su carrera y vamos que si lo borda. Tony/Gandolfini dice que rías o llores y vamos que si ríes o lloras. Junto a Gandolfini se unen un elenco de lo más acertado (algunos conocidos por Goodfellas y otros por sus películas ya realizadas: Joe Pantoliano y Steve Buscemi, por ejemplo) y que genera expectación desde el primer momento.

Es The Sopranos una serie para paladear y saborear en cada escena, en cada diálogo, en cada diatriba de sus protagonistas. La violencia y el amor, el sexo, las putas, los políticos corruptos, la religión, los hijos, las drogas, las mujeres florero... Todo, todo contado con un extraordinario pulso que nos deja una amalgama de sensaciones.

Como en las grandes obras del cine, The Sopranos te hace suspirar cuando intuyes que un divino placer tiene un final.

martes, 25 de agosto de 2009

Perlham 1, 2, 3...

John Travolta y unos compinches (ex-KGB, fijo) toman "prestado" un tren para negociar con la ciudad de New York el pago de 10 millones de dolares a fin de no matar a los rehenes. Una hora tienen los cuerpos de seguridad y el controlador de trenes Denzel Washington para cumplir las espectativas de Travolta o, por lo menos, impedir una masacre.


Destripando. No sigas leyendo si vas a verla:


Mala... mala.... pero mala....

Vi la original hará un año y bueno, era bastante buena dado el hecho de compararla con esta.

Yo en verdad, sabía a lo que me exponía, descartadas Ice Age 3, Los mundos de Coraline, Transformers 2... me dije, bueno, voy a ver esta, por el reparto.

Y al comienzo ya me dije, mierda, no me acordé de Tony Scott. Sin saber apenas nada de su filmografía (El "videoclip" Top Gun, Fanático, Marea Roja) ya deduje que era mala en los primeros cinco minutos. Tiene una presentación horrible... con personajes que van y vienen con el fondo en efecto viento.

Y me repetía, joder, que malo es Tony Scott. Y nótese que nombro al director, porque más allá de lo bueno o lo malo, hay actores que atraen: Denzel Washington lleva haciendo los mismos papeles desde hace un par de años: John Q, Deja Vu, El fuego de la venganza... vamos, papeles que no piden mucho, aquí se nota distinto. Distinto porque su personaje es un cobarde de cojones que al final decide hacerse el héroe.

John Travolta, joder, es John Travolta. También haciendo un papel que le sienta bien, le noté la misma interpretación que en Cara a Cara. Igual de chalado, aunque en la cinta original, el jefe era el más tranquilo de todos. Además, su look es bastante original, rollo motero que vete tu a saber de donde ha sacado ese pasado de broker.

John Turturro y Gandolfini son los ejemplos perfectos de como pagar sueldos y no aprovechar lo que tienen entre manos. No hacen nada, no pintan nada, sólo van y vienen sin ningún peso en la película y muy mal definidos.

Y ahora la película: mala, le doy un dos por el reparto. Joder, que mierda. Infumable. Es tan mala que no vale ni para piratearla, no no, ni para piratearla aunque te pague Tony Scott.
Recuerdo haberme cagado en la madre del director cuando este no hacía más cosas que girar la cámara continuamente y poner la neblina perturbadora para dar rapidez e intensidad en la película.

Joder, estoy desencantado. Con este reparto y sale esta basura. Creo que esperaba mucho más.

Lo último: hay un chico con un portatil toda la película (la novia colgada al otro lado) chateando en el vagón secuestrado como si nada. ¿Es que los ucranianos no saben lo que es un pc?
Al final lo que quieres es que a Travolta se le vaya la pinza y le vuele la cabeza a todos los rehenes que hay en el vagón (rollo Tarantino).

¿Hacemos una porno?


Zach (Seth Rogen) y Miri (Elizabeth Banks) no tienen ni un pavo para pagar las facturas que se acumulan en su vida. En su desesperación, con la luz cortada y sin agua corriente, deciden llevar a cabo un proyecto alocado: rodar una película porno.


Destripando. Esta parte es como el rollo de los spoilers, que te cuento todo, así que no lo leas si vas a ir a verla:


Tenéis que dar por hecho que siento una gran predilección por Kevin Smith. Su aura rebelde e ingeniosa me captaron cuando vi la obra de culto Clerks, la ingeniosa Mallrats, la desternillante Dogma o la alocada e inverosimil Jay y Bob el silencioso... Viendo Hacemos una porno, suspiraba porque fuera un reencuentro con aquel director que sorprendió a medio mundo con su ópera prima. O por lo menos algo menos frío que Jersey Girl.

Yo de Kevin Smith espero mucho. En youtube hay cantidad de videos (algunos subtitulados) dando conferencias en universidades sobre el mundillo del cine en el que se mueve, y en verdad derrocha mucho ingenio, mucho gamberrismo y una visión crítica del Hollywood de hoy.

Lo que pasa que en sus películas noto cierto agotamiento. Noto que no ha evolucionado, que no sabe donde colocar o como colocar su humor. Los guiones son buenos, situaciones cotidianas con personajes locos y creíbles. Pero noto como si perdiera fuerza, como si las carcajadas que me saca no fueran tan fuertes como deberían. ¿Quizá tenga el listón muy alto?

Kevin Smith es un buen director, un excelente guionista, pero creo que le cuesta trasladar el humor que desprende a las situaciones que nos describe. A veces sus películas tienen algo de esas películas estúpidas que todos los años nos asaltan (Date movie, Superfumaos, etc...) Y a veces sus personajes son o demasiado pasados o muy poco aprovechados. En esta cinta creo que los personajes podían dar mucho más de sí.

Y aún con estos defectos, Hacemos una porno sigue siendo una buena película.

Yo sigo creyendo en Kevin Smith, señores. Creo que si encuentra el equilibrio y la medida en su cine, nos regalará buenas películas. Esperemos...

Como nota a destacar, me gustó mucho la actuación de Elisabeth Banks, creíble a mi parecer. Toda una sorpresa.

Sunset Boulevard

Joe Gillis (William Holden) es un guionista que, huyendo de su mala fortuna, es contratado por la actriz olvidada Norma Desmond (Gloria Swanson), antigua gloria del cine mudo, para que reescriba el guión que le devuelva al celuloide.

Mera curiosidad: 3 Oscar de 6 nominaciones.

Destripando. Ojo, que las obras de culto también hay que verlas antes de leer esto:

Lo confieso. Nunca me he acercado a esta película hasta ahora.
No, por favor, no hace falta que tiréis piedras, bastante me fustigo yo sólo. Porque es verdad que hay joyas del cine que merecen ser guardadas en camaras antinucleares. Que otros encuentren maravillas de nuestro mundo después del Apocalipsis.

Billy Wilder (...sobran las palabras) establece un diálogo con los espectadores. La voz en off del gran William Holden nos introduce de lleno en el mundo del Hollywood caído. Donde la gran mayoría de los artistas de voudeville y cine mudo que crearon los sueños de principios de siglo XX cayeron olvidados.

También, con punzante ironía, nos introduce en la vida del guionista Joe Gillis (William Holden) que huyendo de su mala fortuna es contratado por la actriz olvidada Norma Desmond (Gloria Swanson), antigua gloria del cine mudo, para que reescriba el guión que le devuelva al celuloide.

En esta sencilla trama se mueven los más diversos personajes de Hollywood: productores, directores (grande Cecil B. Demille), actores olvidados (Grande Buster Keaton), la joven guionista Betty Schieffer (Nancy Olson), el sombrío mayordomo Max (Erich Von Stroheim)...

Película densa, fuerte, emocional, grave, tierna, dramática, jocosa... para todos los gustos. Un clásico que nos enseña el mundo de los olvidados con su mayor tragedia: Norma Desmond. Y es que Gloria Swanson es un torrente de emociones durante todo el metraje hasta su glorioso final.

Por cierto, como nota personal, me encandilo Nancy Olson. Sus ojos y sus expresiones me recordaron a la todopoderosa Shirley MacLaine en el El Apartamento. El tipo de belleza de la que te quedas prendado en una mirada.

Decir de esta película que es cine negro es etiquetarla facilmente. Como recomendación, por favor, ved la película y después la catalogáis en la sección de la estantería que os venga en gana.

La isla

Lincoln Eco-Seis y Jordan Delta-Dos viven en el último reducto humano después de la contaminación que asoló al planeta. Pronto, la curiosidad innata de Lincoln Eco-Seis tratará de buscar respuestas a ese mundo de control estricto que plantea la autoridad y la única esperanza que esta les da: la isla.


Destripando, no lo leas si no la has visto.

Lincoln Eco-Seis (Ewan Mcgregor) y Jordan Delta-Dos (Scarlett Johanson) forman parte del último lugar no contaminado de la tierra. Un lugar en donde todo está controlado por el propio bien de los internos y con unas reglas muy estrictas de convivencia, alimentación, ejercicio, socialización, trabajo... Un lugar del cual se seleccionan las personas que irán al sitio no contaminado preparado para la convivencia en el exterior: la isla.

El problema llega cuando Lincoln Eco-Seis siente la curiosidad que le plantean algunas preguntas sobre su entorno: ¿Por qué siempre es lo mismo? ¿Quién dicta la rutina? ¿Existe la isla? ¿Hay algo más en todo esto? La búsqueda de respustas le llevará a una feroz lucha por encontrar la verdad y recuperar una libertad secuestrada desde su nacimiento. Además de dar a conocer un oscuro secreto que guarda con celo el Dr. Merrick (Sean Bean) y su equipo.

La película es un buen film de ciencia ficción. Tiene sólidos planteamientos para crecer durante su metraje, una puesta en escena muy potente y un impacto visual realmente trabajado.
El problema llega de la mano del director (Michael Bay) cuando se empeña en hacer de esta película otra película de acción rollo Dos policias rebeldes, La Roca, etc... El desarrollo de los personajes y la búsqueda de la verdad cede al espectáculo intrépido y descerebrado en una sucesión de efectos especiales, tiros, persecuciones, caidas, pum-pam, ostias, fuego, cosas cayendo (nota Expediente X: el chico y la chica caen desde la planta 70 sujetos a un logo y no les pasa absolutamente nada mientras a su alrededor todo se aplana bajo el peso de escombros... lo dicho, descerebrado).

Supongo que con esto el director, productores incluidos, se hacen a la idea de abarcar a todo tipo de públicos. Y de esta forma conseguimos que La Isla se parezca más a Independence Day que a una buena pelicula sci-fi.

No tengo nada que objetar a la película, te hace pasar un buen rato.

Me quedo con la sensación de haber estado cerca de ver una buena película de ciencia ficción que el espectador recordaría y dejaría en un buen sitio de la estantería. Cerca de Encuentros en la 3ª Fase y E.T. y no cerca de Transformer, Spiderman 3, Dos policias rebeldes...

Lástima.

The fog of the war

Documental de Errol Morris (The thin blue line, SOP: Standard Operating Procedure) que versa sobre el ex-secretario de Defensa, Robert Mcnamara, durante el mandato de J. F. Kennedy y L. B. Johnson.

Para quien le interese: Oscar´03 al mejor documental.


Destripando. ¡Ojo, que cuento cosas rollo spoilers!


Antes del visionado sabía que Mcnamara era uno de esos nombres que se mueven en la iconografía estadounidense (Nixon, Kissinger, Hoover,...) como representates de una de las etapas más controvertidas, fascinantes y decisivas en el desarrollo del mundo en el siglo pasado.

Cogí el documental con interés y preocupación. Con interés porque, como ya he dicho antes, se trata de un hombre que ha estado en primera linea junto a nombres como Kennedy, Johnson, Lemay, Jrushchov, Castro, etc. Y con preocupación ya que soy muy escéptico en cuanto a declaraciones de políticos en general, intentando convencer o excusar con las artimañas propias de estos funcionarios.

Pero no. La realidad es que en frente tienes a un hombre contándote lo que vivió, lo que sintió, lo que aconsejó y las reflexiones que sacó después de haber vivido todo aquello.

Y esa realidad es la que hace de Mcnamara un ser excepcional en la clase política al verse enfrentado con sus propias dudas, las cuestiones sobre lo que hizo, los debates morales, las acusaciones y las preguntas sobre si sus actos son crimenes de guerra, sobre si pensaba en las consecuencias.

A través de diez lecciones podemos ir viendo el personaje: su educación, el empresario de éxito, su trabajo como asesor en la Casa Blanca, perfiles de presidentes y generales en aquel lugar tenebroso que se hace llamar (irónicamente) Casa Blanca. Mcnamara muestra y enfrenta al espectador a los entresijos del poder, a las artimañas para convencer a la opinión pública, muestra como se conforma ese acto cruel y bárbaro que es la guerra.

Y mientras el espectador evalúa las decisiones tomadas, el hombre que lo cuenta no busca excusas ni pide perdón, ni benevolencia en el juicio a sus actos. Sólo comparte lo que al final de una vida puede ser llamado experiencia. Experiencia que se convierte en sabiduria cuando su ejercicio de autocrítica nos deja consejos tan simples y concisos como fundamentales en el desarrollo del mundo. Consejos que nunca deberían ser olvidados por los que tienen las riendas, por los que dirigen los designios de muchos.

Todo un ejercicio de conciencia que conforma lo bueno y lo malo del ser humano, la apología de la vida o el camino hacia la destrucción.

Watchmen

Un grupo de superhéroes ya retirados se ven amenazados por el asesinato de un antiguo compañero: El Comediante. Rorschach, el único del grupo que todavía queda activo, investiga los extraños sucesos con la certeza de que ese asesinato esconde secretos temibles.


Destripando.

Fascinante retrato de un mundo ucrónico en el que Estados Unidos gana la guerra de Vietnam, Nixon es reelegido cuatro veces y la humanidad corre el peligro de sufrir una hecatombe nuclear.

Tengo que decir que yo era otro de tantos que no sabía de la existencia de la novela gráfica del mismo nombre sobre el cual se basa esta película.

El film arranca con un irónico Bob Dylan a todo trapo presentándonos el mundo paralelo en el que se mueve la humanidad. Los grandes hechos de la historia narrados en clave fotográfica nos muestran el asesinato de Kennedy, la alianza Castro-Unión Soviética, el beso de Alfred Eisenstaedt ligeramente retocado, el díptico de Marylin Monroe ligeramente retocado... Todo ello con los superhéroes de fondo como parte intrínseca en la historia.

La película es larga (quizá demasiado), llena de personajes e historias bien ensambladas (dada la cantidad de espacio que requieren todas estas historias) y muy bien ambientada. Las escenas de acción buscan también ser diferentes a las ya vistas en otras tantas películas (la lucha en la prisión y la pelea con Ozymandias me gustaron bastante). Puede decirse del film que es una obra negra, profundamente trágica, que nos habla del destino del ser humano abocado a la destrucción y de la parte íntima (a veces buena y a veces desalmada) de las personas que hay detrás de los superhéroes.

Porque si en algo profundiza el film es en este último punto. Rompe con el típico esquema de superhéroe y nos muestra un ejambre de personajes al cual más oscuro y castigado. El Comediante con ese humor sanguinario y desesperanzado. El Búho Nocturno, que si bien es uno de los que más representa el canón de superhéroe, es calificado de infantil y dubitativo. Ozymandias que, vendido al capitalismo, se codea como uno de los hombres más ricos del planeta y cuyo punto de vista utilitarista es el máximo exponente de la frase: el fin justifica los medios. El Dr. Manhattan, uno de los más poderosos que no siente nada por el ser humano y busca esos sentimientos a través de Espectro de Seda.

A destacar el personaje de Rorschach, un heróe ambivalente, áspero, trágico, desencatado. Curiosamente es el que más violencia destila, el que menos cree en esta sociedad y, sin embargo, es el que lucha denodadamente por dar a conocer la verdad de los hechos a la humanidad.

Por cierto, no quiero dejar de lado la que para mí es la sorpresa del film, el señor Jeffrey Dean Morgan. Visto antes por el autor en películas de corte romántico y más conocido por ser uno de los novios de Izzie Stevens en Anatomía de Grey. El complejo personaje de El Comediante que aquí encarna tiene los rasgos crueles de la persona que cree que los humanos son los peores animales y también el halo de perdedor y miserable en el juego del amor que propone su historia.

Una delicia, sí, señor.

I, robot


En el año 2035 los humanos conviven en paz y armonía con robots inteligentes que se ocupan de facilitarnos la vida. Uno de estos robots se verá implicado en la muerte del doctor Alfred Lanning. El detective Del Spooner queda a cargo de la investigación.


Destripando.

En el Chicago del año 2035, una ciudad avanzada y futurista en la cual conviven pacificamente los humanos y los robots, Sony (el nuevo modelo de robot NSR-5) se verá relacionado con la muerte del doctor Lanning, fundador de la Robótica y creador de las Tres Leyes. El teniente Spooner, a cargo de la investigación, verá los hechos que se muestran de otra forma distinta a como lo ven todos: no es un suicidio, es un asesinato.

Las películas de ciencia-ficción son una de las cosas que me llegan al corazón. Aún a sabiendas de que el film no pueda estar en alguna de vuestras estanterías, para mí siempre tienen un sabor especial. No sé si es por explorar la idea de la evolución de nuestra raza, por la puesta en escena, porque me sumerge en otro mundo distinto y me aleja de la mundana realidad... No sé. El caso es que esta película plantea esas mismas ideas que me gusta indagar.

La película propone varias lineas de pensamiento: la total dependencia del ser humano de las máquinas, la racionalización de la muerte, la perspectiva de un Apocalipsis, el control autoritario de forma racional. Todas estas ideas siempre son bien recibidas por el autor, ya os digo. Aunque se mezclen con tremendas escenas de acción, diálogos insustanciales y no lleguen a profundizarse en lo más mínimo.

En la primera parte de la película se puede ver la presentación (bastante corta) del mundo moderno en el que viven los protagonistas y la de los propios protagonistas. Son personajes bastante planos, no muestran mucho más allá de las emociones que les pide el guión. Pero puede justificarse en cuanto a la profundidad de la trama o el espacio que para desarrollarse requiera en el metraje. Y aún siendo esto último parte fundamental de toda la película, la trama se resuelve pasada la media hora, en cuanto al espectador se le muestran los cabos que tiene que atar. Y de las ideas antes mencionadas, nada de nada, claro.

Basicamente, el director no busca que pensemos mucho, que nos entretengamos en suposiciones varias, no. Nos da todo masticado y nos lo entrega para que lo veamos.

Una vez llegados a este punto, los protagonistas saltan, disparan, acribillan, se muerden, se queman, se golpean, corren, bajan escaleras, suben pisos, se deslizan, se sujetan, etc... Hasta llegar al desenlace feliz que toda película requiere, con algunas gotas de misticismo (Sony-Moisés).

La película se puede disfrutar en la ambientación, en el Chicago futurista, en los escenarios, en el vestuario, en los efectos especiales (los gestos robóticos del NSR-5 se agradecen), en las persecuciones y en las caídas. Esta cosas, a falta de un guión pujante y del nulo desarrollo de personajes e ideas, siempre son bien agradecidas para pasar el rato. Además, está Will Smith, el principe de Bel-Air, un actor siempre bien recibido por estos lares. Aunque aquí se note mucho la vena John McClane (Jungla de Cristal) y el poco esfuerzo que requiere su papel.

No me engaño, señores. La película es una buena película de sci-fi/acción, con la irreprochable puesta en escena de la primera y la nula profundidad que requiere la segunda.

Sicko

Documental del afamado Michael Moore, ganador de un oscar por su documental Bowling for Columbine, que versa sobre la Sanidad de su país, el negocio que supone para las empresas privadas, políticos, médicos... y de la situación dramática que vive casi el 20% de la población que no tiene acceso a cobertura médica.


Destripando. O diseccionando, como el lector prefiera...

Michael Moore saltó a la palestra, de forma internacional, gracias a su documental sobre los sucesos en el Instituto Columbine donde dos estudiantes perpetraron una masacre que se llevó la vida de doce alumnos y un profesor.

Aquí, en este documental, Michael Moore ataca al negocio que supone en su país la cobertura médica legal de cada ciudadano americano. Los tejemanejes de las aseguradoras en complot con políticos y médicos y las dramáticas vivencias que sufren los ciudadanos de su país.

Michael Moore me pareció aire fresco en la opinión pública estadounidense. Una voz crítica con el estilo de vida estadounidense y el lado oscuro que esconde el way of life americano protagonizado en su mayoria por empresas y políticos. Aunque también encontré detalles en sus métodos que hicieron ruborizarme ante la frialdad de cómo los usaba, contra quién los usaba y a costa de quién.

En su aclamada obra Bowling for Columbine, me avergoncé de Moore por utilizar a dos chavales para enfrentarse a una multinacional, le odié por ir con la foto de una niña asesinada a uno de los iconos más representativos del país (el actor Chalrton Heston). Se me caía la cara de vergüenza al ver a Moore utilizar los mismos medios que ví en nuestra querida y amada Mercedes Milá queriendo destapar a las tabacaleras españolas por su negocio mortal en pos de la verdad del telespectador, con el autotítulo de representante de los curritos.

A Moore le ha pasado siempre. Persiguiendo argumentos que apoyen sus tesis se le puede ver enfrentándose al actor antes mencionado, llevando de la mano a dos estudiantes contra el Golliat de Wall-Mark o acercándose a Guantánamo (en Sicko) con un grupo de "heridos" sanitarios para pedir la misma atención privilegiada que dispensan a los presos políticos. Moore se obceca tanto en demostrar las incoherencias del sistema estadounidense que a veces no tiene en cuenta que cae en el victimismo, en las situaciones ridículas expuestas anteriormente y en el peligro de que todo eso degenere la crítica inicial. Como quien trata de justificar una muerte en pos de una victoria para el pueblo.

Y no tiene en cuenta que los hechos que nos expone son tan claros y tan rotundos que no hace falta montar el circo mediático que monta. El espectador puede contemplar con pavor como un ciudadano tiene que elegir entre cual de sus dedos salvar, como una empresa aseguradora deja morir a un ciudadano por no costearle la operación, como se desprestigia el sistema sanitario universal (a la que llaman Sanidad Socializada) en pos de la altamente rica Sanidad Privada, la declaración escalofriante de un médico al que premian por desatender a sus pacientes...

Tremendos argumentos y situaciones, bien narrados y perfectamente demostrados que no dejan lugar a la duda o a la negación. Como tampoco debieran dejar lugar a las excentricidades de su director.

Sicko es una clara y demoledora reivindicación contra todos aquellos que critican la Sanidad Pública como un sistema imposible, ruinoso, y como los que critican este sistema se benefician de los dispendios de la sanidad privada.

He de aclarar que mientras Moore contaba la historia de como se pasó de un sistema sanitario universal a uno de pago, se me heló la sangre al comprobar con terror como las mismas artimañas de aquellas grandes corporaciones (incluida las administraciones estatales) se parecían en exceso a los argumentos de los políticos de aquí y ahora. Que sin desprestigiar la sanidad pública, dicen que no pasa nada mientras los tiempos de espera se alargan, la atención decae, las camas se amontonan en los pasillos, las listas de espera aumentan, etc...

Vaya usted a saber por qué oscuros y enriquecedores motivos pasa esto.

Wall-E

Wall-E es el último robot de limpieza que queda de un plan de los humanos para recoger toda la basura acumulada en la Tierra mientras estos esperan fuera de ella. Otro robot (EVE) enviado por los terrícolas a inspeccionar si queda vida en el planeta, se encontrará con Wall-E. La relación entre ambos les deparará un sinfin de aventuras tanto en la Tierra como fuera de ella.

Destripando.

Aclamada obra animada de Pixar, otra más. En el año de nuestro señor 2008, Andrew Stanton (Toy Story, Finding Nemo) nos deleitaba con una relación extraña entre robots en un mundo post-apocalíptico.

Más aún, en Wall-E hay un robot del mismo nombre que no pronuncia sonido alguno en los primeros momentos. La devastadora presentación de los protagonistas nos deja así, en silencio, como los dialogos de los robots que se conocen, que viven y disfrutan de un lugar tan inhospito como es la tierra del 2700.

Wall-E encuentra en EVE, el robot enviado a la Tierra para supervisar algún halo de esperanza en forma de vida, a la compañera ideal que siempre había soñado a través de la cinta de video "Hello, Dolly". Junto a ella, se encamina al extraño viaje que le depara el haberle regalado una planta. Un camino que le lleva a conocer el último reducto de la vida humana: la nave Axión. En ella encontrará a los humanos acomodados y con sobrepeso debido a la ingravidez y al estilo de vida que se ejerce en la nave. Además, Wall-E trabará amistad con máquinas disfuncionales además de combatir las órdenes inquebrantables del ordenador de la nave para llevar a los humanos de vuelta a la Tierra.

Todo ello con claridad de ideas, con situaciones hilarantes, con un virtuosismo técnico y con un guión trabado de momentos inolvidables. Wall-E dibuja un lugar donde los hechos y las palabras se filtran a través de gestos y movimientos que el espectador en todo momento nota en cosas tan frías como un robot de masaje, un robot limpiador, un aspirador, una sombrilla...

Wall-E es comedia, es ciencia-ficción, es amor, es esperanza, es drama, es conmoción, es aventura, es creer, es luchar.

Wall-E sugiere el aroma de las grandes obras maestras. Una película destinada a pervivir en nuestra memoria, infinita como es el universo y delicada como es la hoja de una planta.

Los mundos de Coraline

Coraline se muda con su familia a los Apartamentos Rosa. Allí descubrirá a personajes tan variopintos como el señor Bobinsky, Miss April Pink, Wibye Lovat y un extraño gato. Además, descubrirá que su nueva casa tiene puertas que conducen a otros mundos con otra realidad.


Destripando.

Ya en los créditos iniciales se puede observar que Los mundos de Coraline es diferente. Es estremecedora en la animación principal, extraña, oscura, sombría.

Los mundos de Coraline se mueve entre el mundo infantil gracias a su cuento de hadas y en el mundo adulto en su alma. En un ambiente enigmático, Coraline va conociendo a personajes variopintos como son su vecino Mister Bobinsky, que dirige un circo de ratas; las señoras Spink y Forcible, antiguas vedettes-malabaristas y al despistado y hablador Wibye Lobat. Todos ellos dejan entrever un mundo único, extravagante, decaído, pasado.

La soledad impuesta por sus padres a Coraline hace que esta busque aventuras en cualquier rincón de la enorme casa. En un rincón de estos, Coraline encontrará una puerta minúscula que le llevará a conocer otro mundo. Un mundo donde tiene padres alternativos, vecinos alternativos, amigos alternativos. Un mundo donde todo se antoja perfecto gracias a las maquinaciones y ensoñaciones de la otra madre. Una madre que atrapa a los niños desprevenidos con prevendas para luego coserles botones en los ojos. Para atraparlos para siempre en su terrible jaula.

Los mundos de Coraline busca en todo momento la ensoñación de los pequeños y el descuido de los padres. No hay que engañarse, a pesar de ser animación, Coraline busca el color y el negro para mostrarnos lo que es capaz de hacer la animación Stop-Motion. Con un alarde de efectos, texturas, cámaras y colores; Coraline nos muestra que ambos mundos no se separan sólo por una puerta. Que ambos mundos están más cerca de lo que creemos.

Al fin y al cabo, soñar y tener pesadillas se dan en el mismo acto de dormir.

Cypher

Morgan Sullivan en un contable con una vida aburrida que quiere ser contratado por Digicorp y entrar en el intrincado mundo del espionaje industrial. En su camino conocerá a Sunway Systems, feroz competidora de Digicorp, y a Rita Foster, aliada de Sebastian Rook, misteriosa dama que oculta secretos profundos acerca de Morgan Sullivan.


Destripando, ojo.

En un mundo dominado por las grandes empresas, son dos (Digicorp y Sunway Systems) las que luchan denodadamente por destruir al contrario. Espiar, acechar, robar, falsificar e incluso matar son moneda de cambio para hacerse con los secretos del otro.

Entre estas empresas se encuentran varios personajes que, a medida que discurre la trama, nos van introduciendo en ese oscuro mundo que es el espionaje industrial.

El primero de ellos es Morgan Sullivan: contable y con una existencia rutinaria que tratará de ser contratado por Digicorp para buscar aventuras y acción. El segundo, Rita Foster: una subrepticia damisela que esconde siniestros secretos y verdades que harán encontrar en Morgan Sullivan a todo un heróe. El tercero, Sebastian Rook, el espía del que todos hablan. Se mueve entre la leyenda urbana y el rumor, nadie le ha visto la cara, nadie le conoce, nadie tiene contacto con él. Excepto Rita Foster.

A través de estos personajes y un portentoso -y arriesgado- impacto visual, la película se va desarrollando a cuentas gotas, como las grandes óperas del thriller. Sin apenas resquicios de acción, el espectador se ve agobiado, encerrado. Enfrentado a un mundo de espías dobles y cámaras ocultas donde la información es oro y cualquiera puede matar o morir por ello.

Eso sí, en la película hubo partes de la historia que me sonaron repetidos y algunos planos con efectos especiales delataban el papel-cartón que había detrás. Pero sí merece la pena siendo cine independiente tratando de realizar una película sci-fi con trama.

Pocas películas hay que merezcan un respeto por tratar de conseguir algo diferente.

PD: Mención especial a la banda sonora del señor Michael Andrews que no hace más que añadir intriga y desconcierto a la trama.

Ghost in the shell

Primera película de la archifamosa saga de novelas gráficas-películas-video juegos. Dirigida por Mamuro Oshii (Avalón, Assault Girls) en el año de Nuestro Señor de 1995.
La agente Kusanagi, de la Sección 9 del Departamento de Seguridad del gobierno de Japón, investiga los asesinatos relacionados con un peligroso criminal cibernético llamado Puppet Master.

Destripando, ojo.


Den por hecho que mi experencia manga/anime queda reducida a Bola de Dragón y tres cosas más. Así que no entraré a valorar la novela gráfica y su comparación con la película.

La agente Kusanagi trata de resolver varios crimenes y robos de identidad que tienen como denominador común un nombre: Puppet Master. Este temible nombre esconde a un terrorista cibernético que puede introducirse en practicamente cualquier unidad de información y piratear cualquier base de datos (tanto físicas como mentales). La agente Kusanagi y su grupo de la Sección 9 tratarán de atrapar a este escurridizo criminal en una persecución que se revelará como una busqueda vital para la agente y un intento de comprender su relación con el mundo que le rodea.

El mundo que nos presenta GITS recuerda mucho al de Blade Runner. Es innegable que ha bebido de esa película y que ha dado de beber a Matrix. Con una atmosfera oscura, que respira depresión, GITS pinta un futuro en el que máquinas y humanos conviven y se mezclan para crear cyborgs. Máquinas con rastros de células humanas en su cuerpo que son fabricados y creados con un alma propia.

GITS a nivel visual es poderosa. Cada punto de cámara está estudiado para confeccionar un mundo sin fisuras que nos deja sin aliento. Con una indudable calidad en su fotografía, GITS va desgranando personajes, trama y razonamientos filósoficos que atrapan al espectador en un mundo espectacular por su contenido y su acción.

Un anime con palabras mayúsculas que habla con un idioma propio, destilando cine de culto en cada palmo de metraje y alejándose de las películas anteriormente mencionadas. Para el que no esté acostumbrado al anime, puede parecerle irreal o ilusorio, casi ridiculo. No debemos olvidar que es una película de ciencia ficción desde la F hasta la N.

Es ahí donde GITS demuestra su baile de medios y su compleja historia. No hay que desesperar si el espectador se ve apabullado por la historia, puede revisionarla y así, de paso, contemplar con mayor asombro la textura de sus colores y sus sombras.

GITS es un portento de imágenes. Quizá tenga un guión dificil, inextricable, con diálogos largos y complejos, pero no niegue el espectador que en GITS hay un mundo pintado de inigualable expresión que se le presenta único, como la película.

Y dejo para lo último la banda sonora. Kenji Kawai se llama el tipo cuya obra respira intensidad, cine clásico, misterio, exotismo, drama, oscuridad. Se mimetiza e intensifica la película como sólo las grandes obras lo hacen.

The Wire (La escucha)

The wire (en España Bajo escucha) relata la vida en Baltimore desde varios ángulos. Los bajos fondos del tráfico de droga, las altas esferas políticas estatales, la vida en el puerto. el departamento de Homicidios. Todo ello salpicado de personajes variopintos: drogadictos, policias, alcaldes, comisarios, políticos, griegos, negros, blancos, rusos, personas de buen vivir y personas descarriadas.

El protagonista: Jimmy Mcnulty, detective de homicidios asignado a un grupo especial de operaciones que realiza escuchas, se enfrentará no sólo a los capos de la droga de la ciudad, sino también a su propio departamento y a las altas esferas para llegar hasta el final.

Destripando, ojo.

A estas alturas, sino te suena esta serie, estás condenado al garrote vil.

Aclamada y venerada por la critica y el público, con una veintena de nominaciones en los más importantes premios estadounidenses, esta serie ha sido un éxito rotundo de la HBO, otro más.

Jimmy Mcnulty, detective del Dpto. de Homicidios de Baltimore asignado a un grupo especial de operaciones, investiga una serie de asesinatos y pistas que lleva al espectador a presenciar el lado oscuro de la ciudad de Baltimore. el tráfico de drogas, la prostitución, la violencia, la ambición de unos personajes (basados en la realidad) que campan a sus anchas por ambos lados del sistema, el legal y el ilegal, siendo muchas veces esta diferencia inexistente.

Y es ahí donde The wire se gana con derecho propio el estatus de serie de culto. El mundo horrible y cruel que hay detrás de un billete verde y de una dosis, ese que tanto intentamos evitar, se nos muestra como una parte de la realidad que no desaparece. Una relaidad fría y compleja que siempre estará presente en cada ciudad (Baltimore es sólo un ejemplo) amparado por los inmensos beneficios que genera tanto para los soldados que la venden como para los políticos sin escrupulos.

Lo que hace grande a The wire es que todos, desde el primero hasta el último de los ciudadanos (ya seas juez, abogado, alcalde, obrero o traficante), se ven envueltos en la espiral que genera ese negocio. El mayor negocio, el mejor. A través de cinco temporadas podemos ir viendo como la raices de este negocio se extienden a todas las capas de la sociedad y en todos los niveles de la administración. En cada temporada podemos ver distintas localizaciones de la ciudad: Calles de Baltimore, Puerto Marítimo, Escuela de Baltimore, Redacción del periódico Baltimore Sun. Y en todas ellas lo que el negocio deja y genera: corrupción, violencia, poder, marginalidad, riqueza, etc.

El retrato se hace más crudo cuando intuyes que ese mundo pintado y real es inabarcable e intocable. Que todos se ven abocados a un futuro incierto y que en muchos casos acabará con un cuerpo sin vida, cintas acordonando la zona y un detective de homicidios estudiando el lugar.