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jueves, 15 de octubre de 2009

Grindhouse: Planet terror

Un pequeño pueblo se ve sumergido en una debacle traída por mutaciones genéticas que afectan a las personas. Cherry Darling, una bailarina de striptease en paro, deberá enfrentarse a esta plaga y descubrir su verdadera vocación de la mano de su antiguo amante, Wray.



Destripando.

Me sorprende que Planet terror sea, de tan hilarante, un producto (claro homenaje al cine de serie B) que bien supera a la morralla que en los últimos tiempos ocupa las pantallas.

Con un descaro y una desfachatez propias de la dupla Tarantino-Rodriguez, se presenta esta parte de la doble sesión Grindhouse: Planet Terror.

Planet terror se adentra en un pequeño pueblo cuyos aldeanos se verán en dificultades por una repentina oleada de infectados. El virus es extendido por medio de unos traficantes en la negociación fallida con soldados del ejército de los Estados Unidos. Los habitantes del pequeño pueblo tendrán que enfrentarse de este modo a los más atroces y sanguinolentos seres vivientes que sólo ansían comer carne humana.

Rodriguez va por otra senda. En sus películas se paladea el erotismo, películas de serie B, extremada violencia y humor negro. Deja un sabor parecido al cine que destila Quentin Tarantino y que, para bien o para mal, es diferente al resto. Quizá subyace en este punto una nota a favor de la propuesta de Rodriguez, aún siendo esta de lo más extravagante y exhacerbado. El caso es que cuando Rodriguez se propone contar una historia, la cuenta a su manera.

En Planet terror podemos asistir a una falta de seriedad en el guión, a una pasión por mostrar carne humana en putrefacción y a un desaforado uso del videoclip... Pero también se esconde entre la sangre el pulso de un cinéfilo, escenas de auténtica tensión y personajes que merecen un visionado (Josh Brolin y Marley Shelton en el hospital están geniales).

Aunque no pasara el corte para otros, mi pasión por los zombies no tiene límites y por lo tanto Planet terror está dentro de mi corazón. Llena mi mochila de acción, carne tierna, bestialidades varias y ropa femenina innecesaria y eminentemente corta (¿habiendo zombies que pintan tías en bikini?). Planet terror rebosa filia por la serie B, rebosa el apellido Rodriguez por todas partes (Dirección, guión, música... y su hijo delante de la cámara) y como parte de ese apellido, la película rebosa personalidad y la sensación de que se lo han pasado bomba en el rodaje.

Además está Bruce Willis. El infravalorado y sobrevalorado intérprete que todo lo puede y que viste cualquier papel que realiza con su simple aura de actor legendario. Tan chalado que es capaz de decir que sí a un tipejo mexicano apellidado Rodríguez, amigo de Tarantino para más inri.

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