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viernes, 31 de enero de 2014

Peaky Blinders

Desarrolla la historia de una banda criminal conocida como los Peaky Blinders en la ciudad de Birmingham en los años 20. Thomas Shelby es el lider de la banda cuya ambición le lleva, entre otras cosas, a expandir su negocio de apuestas ilegales al lucrativo mundo de las carreras de caballos.


Destripando:

La mafia. Ese elemento que en el cine se ha visto tan bien representado (mítico Scorsese) y que en los últimos tiempos había saltado a la pequeña pantalla (mítico Tony Soprano), forma por si sólo todo un género propio. Decir mafia es como decir cine negro. Y como sus máximos exponentes antes mencionados, surge otra serie de la HB... perdón, de la BBC para traernos a los mafiosos británicos.

Lo primero que me llamó la atención de Peaky Blinders es su cuidada ambientación: una ciudad de Londres en los albóres del siglo XX, acabada la Primera Guerra Mundial y en la época convulsa de la industrialización. Donde el pobre era casi esclavo de nacimiento y donde la violencia era casi una forma de vida. Lo segundo que me llamó la atención, antes que el reparto, es la música. Cuidada selección que le da a la serie un toque elegante y distintivo, peculiar y anacrónico. Y lo tercero, que se aprecia en los primeros capítulos, los actores protagonistas. Cillian Murphy como Thomas Shelby, el cabeza de familia y lider de los gánsters británicos. Con el gesto inquietante, propio de su fisonomía y la interpretación de una persona rota, dura y ambiciosa; nos proyecta un personaje que en apariencia tiene fácil inclusión en la lista de intocables del género. Y su némesis, que pronto aparecerá por orden de Winston Churchill: el inspector Chester Campbell, un Sam Neill frío, oscuro, aplicando la ley y traspasándola si es necesario para combatir el crimen. Sólo con estos dos nombres se tiene suficiente crédito para ver la serie por lo menos en sus primeros capítulos. Y he de decir que para mí, la serie entra en liza a partir del episodio 3, cuando ya está dibujado lo que serán las líneas principales.

Es dificil sorprender en este género ya que siempre se cortará con los mismos patrones. Así que cuando se nos presenta la historia, es fácil poder decir que esto ya está visto. Sin embargo, aunque las lineas perfilan lo que será una serie de mafiosos, Peaky Blinders se desmarca, a mi parecer, por ser Birmingham la ciudad, por ser una banda de mafiosos de los años 20; y por ser, desde luego, una historia que mezcla una época oscura como era la industrialización con todo tipo de calaña: comunistas, terroristas del IRA, estibadores, policías, putas; donde cualquiera podía morir o matar. Para mi la adversidad del lugar y la epoca donde transcurren los hechos me resulta atractivo, es casi un western a lo Deadwood.

De momento la primera temporada para mi se salda en positivo. Quiero que me sigan contando el ascenso de Thomas Shelby, quiero que los Peaky Blinders impongan su ley, que el inspector Chester Campbell aplique sus dudosos métodos para pararles. Quiero que me sigan contando historias en ese mundo recién salido de las cenizas de la Guerra, en los albores de un siglo que escribía la historia línea a línea, donde la ley y la violencia muchas veces no se podían distinguir. 

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