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miércoles, 11 de noviembre de 2009

Battlestar Galactica (2003)

Los Cylons fueron creados por el hombre.
Evolucionaron.
Se rebelaron.
Hay muchas copias...
...y tienen un plan.


Destripando.

¿Qué somos? ¿Qué razones nos mueven a hacer lo que hacemos? ¿Por qué somos así? Todas esas preguntas, tan profundas y ambiguas, entran en dos palabras: Battlestar Galáctica.

Unos pocos supervivientes de la raza humana, al borde de la extinción por un ataque cylon nuclear, viajan a través del espacio huyendo de los monstruos mecánicos e intentando buscar esperanza en ese gran vacío que es el universo.

¿Qué hacer cuando la raza humana puede desaparecer?, ¿cómo sostenerse cuando los seres más queridos han perecido a manos de una creación propia?, ¿cómo adaptarse a la pura supervivencia? Y lo más importante: ¿a dónde ir?

Battlestar Galáctica sorprende por su argumento, por su arriesgada temática, por sus tramas complejas en sus cuatro temporadas, siempre dirigidas hacia algún lugar desconocido. Por su acción, por su guión bien hilado y por los personajes que protagonizan esas historias, personajes complejos que se mueven en un mundo que ha caído, que guían sus vidas sin más atisbo de esperanza que morir rápido y sin sufrimiento. Todo ello hace de Battlestar Galáctica una epopeya con sus propios dioses, creencias, mitos y tradiciones, con sus héroes y sus villanos.

Más allá de una quimera galáctica de ciencia ficción y de los ecos de Star Treck o Star Wars; Battlestar Galáctica destaca por su honda reflexión sobre el ser humano, sobre sus razones y sus sentimientos que le llevan a los extremos de la destrucción y de la creación absoluta. Descubriéndose a sí mismo en un punto no muy lejano a los Cylons, con sus defectos y sus perfecciones, con su amor y su odio, con sus decisiones y consecuencias, con su principio y su final. Final que muchas veces no termina en la propia muerte.

1 comentario:

  1. Si es que al final la tendre que ver...... jeje

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